LA ENFERMEDAD ¿ALIADA O ENEMIGA?

Hasta ahora, entendíamos a la enfermedad como algo malo, un problema que había que resolver lo más rápidamente posible y es que, efectivamente, hay enfermedades que pueden ser muy peligrosas ya que nos pueden dejar secuelas importantes e incluso costarnos la vida.

Pero, a pesar de este peligro, es necesario empezar a entender que la enfermedad en sí no es buena ni mala, es, simplemente, la respuesta de mi biología a un conflicto emocional no resuelto en mi pasado.

Este conflicto emocional surgió por un bioshock, es decir, he vivido una situación, una experiencia concreta, en un momento concreto y que, para mí, ese acontecimiento, fue inesperado, me resultó dramático, y no supe cómo solucionarlo y tampoco lo he compartido con nadie, no le he contado a nadie como me sentí realmente, no puse en palabras como me afectó emocionalmente en lo más profundo de mi ser.

En el momento en el que se produce este bioshock queda una necesidad interna sin cubrir, no he encontrado la forma de satisfacer mi necesidad. Por ejemplo, si sentí abandono pude haber necesitado la protección de mamá, no la tuve y no he encontrado, en lo que tengo a mi alrededor, la forma de cubrir esa necesidad. Ante esto, la solución que encuentro es volver a mi interior y mi biología hace una enfermedad a nivel físico o bien genera un cambio en mi comportamiento con la intención de cubrir esa necesidad.

Nadie dice que esta solución biológica sirva para algo ni que vaya a solucionar el conflicto emocional que viví en ese momento.

¿De qué me sirve a mí una bronquitis, o un mioma, o un quiste en el ovario?

En realidad, de nada, pero para el cerebro, que solo busca la supervivencia, es la solución perfecta y no entiende que, con la enfermedad, no se arregla nada, al contrario, mi vida puede correr peligro en función de la gravedad de la enfermedad.

Por ejemplo, si mi hijo fallece de manera inesperada en un accidente de tráfico, puede provocar en mi un bioshock, es algo inesperado, dramático, que ya no tiene solución y que vivo en soledad, y entonces puedo hacer problema en los ovarios (tumor, quiste, cáncer), ya que, una de las funciones de los ovarios es liberar los óvulos para ser fecundados y si, por ejemplo, hago un cáncer aumento el ovario para poder ser más eficiente y poder hacer más hijos.

Evidentemente esto no va a devolverle la vida a mi hijo fallecido, pero es la solución que aporta nuestro cerebro para mantener nuestra supervivencia.

En resumen, detrás de cada síntoma (enfermedad o cambio de comportamiento) hay una emoción no expresada. Esta emoción específica, única la he ocultado en lo más profundo de mi ser porque me resulta demasiado doloroso admitir esa emoción, sentirla, estar en contacto con ella por lo que la cubro con otras emociones secundarias que sí identifico como enfado, tristeza, rabia, pero sentir estas emociones no cambia nada, no son más que humo ya que, realmente, la emoción que provoca el problema es la primera.

Y una vez que se ha producido ese impacto emocional, ese bioshock, el tiempo se detiene en mi interior y me quedo como atrapada en ese instante y, para mi inconsciente, es como si esto, que ha ocurrido en el pasado, siguiera sucediendo en mi presente, está vivo este conflicto y a la espera de solución.

Cuando se produce el primer bioshock, es decir, cuando siento esa emoción concreta por primera vez, por ejemplo, abandono, es cuando se programa la enfermedad, que no es más que la solución a ese conflicto, y cuando vuelva a sentir esa misma emoción, aunque sea en una situación diferente, cuando lo vuelva a resentir que puede ser a los 3 meses o dentro de 20 años, será cuando la enfermedad se desencadena.

Además, no voy a hacer una enfermedad al azar, voy a hacer una enfermedad concreta y en un órgano concreto que va a estar en relación con mi conflicto ya que cada parte de mi cuerpo, cada órgano tiene una función concreta y esa función concreta va a ser la que, de esa solución biológica, esa enfermedad.

Por todo esto, es importante tratar la enfermedad, sobre todo si son importantes y pueden poner en riesgo nuestra salud, pero también es esencial encontrar el momento en el que se programa esa enfermedad o cambio de comportamiento y liberarlo para que la enfermedad deje de ser la solución y nuestra biología vuelva a la normalidad. Y esto solo se puede conseguir volviendo a ese instante conflictivo ya que sigue vivo en nuestro interior.

En Terapias Trisquel nos enfocamos en buscar este origen de la enfermedad para desbloqueara la emoción primaria y liberar así el conflicto y por tanto la necesidad de la enfermedad o el cambio de comportamiento.

Si quieres saber como podemos ayudarte, contacta con nosotras y te informaremos.