Soy una persona como tú que un buen día empezó a darse cuenta del vacío y la tristeza interior que sentía y de lo desubicada que estaba en la vida. Fueron años con etapas de depresión, ansiedad y estrés evitando hacerle caso a mi sentir interior que por activa y por pasiva me repetía una y otra vez que no estaba en donde tenía que estar.

Aparentemente mi vida era maravillosa: pareja estable, amistades, un trabajo con un buen sueldo en el sector de banca…. pero en mi interior algo se revolvía aunque por aquel entonces no entendía que me pasaba.

Cuando nace mi hija empiezo a adentrarme en el mundo de las terapias complementarias.

Hasta ese momento ese mundo era totalmente desconocido para mi. Inicialmente lo hago para ayudarla con los frecuentes problemas respiratorios que tenía ya que estaba continuamente con antibióticos además de la dermatitis atópica que padecía. Ahora soy consciente de que ella vino a indicarme cual era el camino que debía seguir, fue y sigue siendo mi gran maestra.

Viendo los efectos del biomagnetismo en su salud surgió en mi la necesidad de saber más. Ya no me llegaba solamente con trabajar la parte física ya que empecé a darme cuenta que su estado emocional influía directamente en la recuperación de su cuerpo.

Fui formándome en técnicas que modificaran también esa parte que dirige nuestra vida de manera automática: el inconsciente.

Cada día me apasionaba más todo lo que iba aprendiendo y, además, al combinar distintas técnicas los resultados eran sorprendentes. Con todo lo que iba descubriendo y poniendo en práctica entendí como nuestras carencias emocionales, principalmente de la infancia, nos llevan a vivir como víctimas, a sabotearnos e incluso a generarnos una enfermedad para intentar cubrir esta falta de cariño y de aceptación.

Así, a medida que crecía mi interés por todo este nuevo mundo, me iba sintiendo peor en mi trabajo. No era porque me trataran mal sino porque algo dentro de mi se revolvía con más fuerza cada día hasta que supe que tenía que tomar una decisión.

A pesar de mis miedos, que eran muchos, y que todo el mundo me decía que estaba loca, dejé ese trabajo para adentrarme en el desconocido, pero a la vez apasionante mundo de ayudar a los demás a cambiar su vida.

Y por supuesto, para cambiar mi propiai vida. Para ayudar a los demás, parto de mis propias experiencias, de como yo he transformado mi forma de pensar y de ver la realidad, de como he conseguido dejar de vivir aferrada al pasado para disfrutar del presente y crear la vida que realmente deseo.

Ahora vivo alineada conmigo misma: lo que pienso, lo que digo, lo que hago y lo que siento van en la misma dirección y ya no necesito la aprobación de nadie ni su aceptación.

Te aseguro que es posible cambiar, si yo lo he conseguido tú también puedes, la cuestión es: ¿estás dispuesta a cambiar tu vida?